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jueves, 4 de agosto de 2016

"EL DIBUJO" (5º parte) de Adriana Gutiérrez






"Bien -dice el detective- y por eso es que usted tampoco le dio importancia ¿verdad, Clara? Continúo: en el segundo le dice que su marido la odia, éste debe haberle movido un poco el 
piso ¿no?, por lo general, después de un anónimo como el primero los siguientes siguen siendo iguales, palabras más, palabras menos, solo revelan una intención: la de "librar" al hombre de su vida de la bruja que lo hace infeliz (en este caso, usted); pero acá, la palabra "odio" es para que usted piense, y si es posible, sufra, y luego comience a recelar de su marido, entonces estará lista para el golpe de gracia: el tercer anónimo; Si mi experiencia no me aconseja mal, al recibirlo usted lo abandonará, y ella (seguimos con la adolescente) se encargará de consolarlo... pero¡ estaríamos ante una personita nada tonta y algo diabólica para su edad, no sé por qué, pero éste no parece escrito por la misma persona, una de dos: o ya no aguantó más y decidió precipitar los hechos, en el caso de una motivación 
dañina, o bien (en el otro caso), la persona en cuestión está realmente alarmada y desea que usted se ponga a salvo rápidamente, tal vez porque descubrió que no hay tiempo que perder, entonces le manda éste solo siete días después, como si fuera urgente...; lo que me molesta -dice golpeando el papel- es el verbo "querer"..., si dijera: "tu marido te matará" ni usted lo creería, suena patético y poco serio, además sugiere una desición ya tomada por el posible asesino, y justamente eso es lo que usted no aceptaría. Pero al usar el verbo "querer" está hablando de sentimientos, de intenciones, de algo oscuro que a medida que crece dentro de su marido se vuelve más y más peligroso, un crimen impremeditado que puede ocurrir ante la simple ocasión de hacerlo, y un asesino con una personalidad esquizofrénica para el cual lo único que importa es el momento propicio.
¿No fue ésto el motivo de su pánico, señora?"
Clara y su madre lloraban. Los otros dos hombres y el taquígrafo 
gusrdaban silencio mirándose las manos; el detective, para terminar, dijo: "personalmente creo que podemos descartar las dos teorías que acabo de exponer, no, no me contradigo, creo que el peligro de muerte para usted es real pero no a manos de su marido, sino de alguien que lo odia a él tanto, que será capaz de
matar a quien él más quiere: usted". 

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