Lo hicimos pero ya no fue lo mismo para Diego y para mi, nos esforzamos para que nuestra cara no dejara traslucir lo que sentíamos, pero ellos fueron dándose cuenta de a poco y de a uno que algo había cambiado en nosotros, creo que pensaron que estábamos enamorados, y fue Val, la dulce y delicada Val, la que expresó exactamente nuestro sentir cuando dijo: "Gabi, no creas que porque Pancho y yo nos casamos nos olvidaremos de ti"; "tampoco nosotros lo haremos" -dijo Max, Maruja lo miró y preguntó: "¿por qué nos incluyes?, nosotros no estamos por casarnos", "pero podrían hacerlo -dijo Diego divertido por segunda vez en la mañana- todo el mundo sabe que se quieren menos ustedes, pues bien, se los diré: ¡están-enamorados! Perdonen, chicos, pero como hermano mayor no podía irme sin dejarlos unidos, solo les pido una cosa: cuiden de Gabi ¿sí?" Mis ojos estaban arrasados y cuando todos me abrazaron supe que nunca estaría sola, por segunda vez ese día estábamos balanceándonos, antes por Diego, ahora por mí. Y mientras estaba ahí, apretada entre mis hermanos tan queridos sintiendo el calor de sus cuerpos contra el mío, sus caricias y sus palabras cariñosas, me fue invadiendo una indescriptible sensación de paz, me sentí tan feliz y agradecida y nunca los amé como en ese instante a mis hermosos, entrañables hermanos del corazón.
------------------------
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario