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jueves, 18 de agosto de 2016

"EL DIBUJO" (18º parte) de Adriana Gutiérrez





Mientras tanto en su oficina, el detective Moreno también piensa.
Recostado y con los ojos cerrados se dice que hay demasiadas contrariedades en la historia.
Por un lado el "loco" haciendo vida normal, un tipo que si se lo cruza uno en la calle no llama la atención para nada: aspecto inofensivo, reconcentrado y hasta bonachón.
Por el otro, Marita, a quien la vida proveyó de una especie de "clarividencia sensitiva" que "funciona" con lo maligno y ruin de la gente. Lo que las maestras y las madres notaron en ella fue tomado por locura, al punto que sus padres la internaron en la casa de salud.
"Lo que me molesta -piensa Moreno- ¿cómo sabía ella que transcurriría ese tiempo y por qué usar imágenes religiosas que no nos conducen al gordito sino a ella misma?, claro, porque él no quiso hacer de ángel, en cambio ella parecía una vírgen, hacía ostentación de ello. 
Me gustaría saber cómo descubrió los robos en la casa de salud; tengo que ir allá para hablar con alguna de esas supuestas ladronas, y también volveré al monasterio para averiguar qué hechos del mundo vio Marita en la pared y si realmente ocurrieron"-
En eso entra el psicólogo trayendo el informe que tira sobre el escritorio de Moreno, éste se sienta más derecho y pregunta:
"¿y bien?"
"El sujeto es un loco de los más peligrosos, la letra de los anónimos demuestra odio cerval, indominable ante cierto tipo de comportamiento social, como por ejemplo el amor en pareja; el solo contacto físico y la intimidad entre dos seres lo desquicia; el anónimo número tres expresa el deseo de que uno de los esposos mate al otro, eligió a la mujer porque es más influenciable y porque considera más importante y grave el pecado en ella que en el hombre ¡realmente espera que la asesine! Y si no cesan en sus relaciones maritales... el mismo sujeto lo hará, pero en este caso puede matar a cualquiera de los dos. Considera a la pasión como malsana; puede ser o no misogino (odio al sexo opuesto) pero decididamente es vírgen.
En cuanto a los otros dos anónimos no fueron escritos por la misma personalidad pero sí por la misma persona que el tercero: en ellos intenta "advertir", "salvar"; en el último ha decidido "matar"; por supuesto que el sujeto considera ese acto como una inmolación indispensable para la salvación del alma, el dibujo del pesebre lo confirma sin lugar a dudas: aprueba ese amor sin mácula de la pareja Peralta porque no existe relación sexual entre ellos (tal como entre María y José), en cambio el niño ha sido desfigurado con absoluta condenación por sus bajos instintos ya que se atrevió a enamorarse de la novia de otro".
"¿Entonces no es por ser el fruto de una unión?  -pregunta Moreno- porque ese niño, para el dibujante no es un personaje celestial..."
"No -dice el psicólogo- en ese caso sería una víctima".
"¿Y por qué no puso el nombre de Clara sobre la cabeza de la vírgen, en lugar de Marita?" -pregunta Moreno.
"Porque cualquiera de los dos nombres es lícito para su sentido de la moral: la niña cuyo nombre figura, era pareja de José en la ficción, y la otra era su novia en la vida real; si eligió el que eligió es porque para el sujeto lo religioso está antes que lo verd... bueno, que la vida real, pero ésto parte de una motivación retorcida: ama lo simbólico".
Moreno dice que lo tiene mal la profecía de los 12 años.
"Pues yo no le veo nada de extraño -dice el psicólogo- cualquiera puede "profetizar" cuando cometerá un asesinato".

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