Pasaron los años, mis nietos crecieron, la mayor se recibió de... algo, y festejó la misma noche su título y su compromiso. La fiesta fue divertida, los jóvenes bailaban y reían. Yo veo a mi derecha la mesa de los postres y las bombas de crema, mi debilidad, como una y después otra; me sentí mal. Me desperté rodeada de médicos, "me voy a mi casa" -les dije, me levanto y salgo, los años pesan, no puedo caminar rápido, pero luego me siento liviana, más ágil, en la puerta miro para ubicarme, sigo a una ambulancia y llego a la ruta, apuro mis pasos cada vez más, hasta que veo la gran avenida bordeada de álamos que me saludan con la brisa primaveral. Sigo hasta mi casa y busco la cocina, entro corriendo, corriendo como siempre, contenta porque mi mamá está haciendo bombas de crema. |
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