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lunes, 15 de agosto de 2016

"EL DIBUJO" (15º parte) de Adriana Gutiérrez





Clara, que estaba menos al tanto de las averiguaciones
policíacas preguntó qué noticias había.
"Mire -dijo el detective- el tipo hace una vida normal, es medio ermitaño, no se trata con sus vecinos pero de despistado que es;
el agente que lo vigila dice que éstos lo saludan y él contesta
o no según esté mirando o navegando; tiene aspecto de buena
persona, hace siempre los mismos mandados, compra siempre
las mismas cosas y se pasa el día y parte de la noche escribiendo.
Su única salida larga es cuando va a la editorial y todo hace
presumir que su vida es tranquila; no recibe a nadie ni tampoco
hace visitas. Hijo único, sus padres murieron; si tiene parientes en algún lado no se sabe.
Pero todo ésto es resultado de la observación de pocos días y no
nos atrevemos a investigar con sus vecinos.
Si llegara el caso, tenemos ya elegido al dueño del bar de enfrente, donde nuestro vigía entra a veces disfrazado de corredor, ha establecido una buena relación con el sujeto y podría llegar a sonsacarle; en estos momentos es peligroso. Claro que se ser necesario lo citamos y sanseacabó.
De lo que pueden estar seguros es de que él no los vigila
a ustedes, ni personalmente ni por medio de alguien.
Durante la noche controlamos también los fondos de su casa".
"¿No puede salir por ahí de día?" -pregunta Miguel.
"No, porque tendría que atravezar los fondos de otras casas y hay gente en ellas; eso lo intentará de noche y en caso extremo" -concluyó el detective.
"Pero -dice Clara-puede alegar que perdió la llave y pedir permiso para salir, sus vecinos saben que es un despistado".
"No señora, aunque sus ventanas tienen rejas hay un pasillo que corre desde el fondo hasta el frente, tendría que inventar otra cosa, y si luego se lleva a cabo una investigación en la que él fuera sospechoso, el vecino en cuestión recordaría inmediatamente el hecho.
Él es despistado en una personalidad, pero en la otra, con la que escribe, es meticuloso, con esa cometerá un crímen.
De todos modos, si Marita vive no intentará matar todavía. Parece que llegamos" -dijo luego.
"¡Ay, no me gustaría vivir ahí adentro!" -dijo Clara.


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