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viernes, 19 de agosto de 2016

"EL DIBUJO" (19º parte) de Adriana Gutiérrez





Moreno abre los ojso como platos: "¡Pero entonces..!
¡Usted quiere decir que el asesino..!
"..Es el autor del dibujo, claro. ¿Quién sinó?"
"¡Dios mío! -dice Moreno- ¡creí que el gordito del dibujo, el bebé del pesebre, era el criminal! ¡Usted dijo: un sujeto!"
"Sí -dice el psicólogo muy calmado- un sujeto "de estudio", el
gordito fue la primera víctima, luego se lo perdonó al olvidar a la chica Clara; ahora los esposos Peralta son las posibles víctimas, pero... ¿qué pasa? ¿quién hizo ese dibujo?, yo tenía entendido que era un loco que escribía cuentos".
"Mire -dice Moreno- yo le voy a conseguir muestras de dos escrituras, ya sé que es muy tarde pero me atenderán; solo le ruego que me reciba a la hora que sea".
"Haré algo mejor que eso -dijo el psicólogo- iré con usted.."
"Gracias, empezaremos por la editorial donde publica el gordito, luego visitaremos el monasterio y por último una casa de salud; será mejor que usted haga las preguntas ahí, le diré lo que quiero saber".
Moreno avisó a la Central por donde andaría y se fueron, pidió que reforzaran la vigilancia de los Peralta y llamó al espía del gordito para decirle que estuviera alerta, porque tal vez fuera la víctima, y ni bien terminó de decir ésto miró sorprendido al psicólogo como preguntando si su razonamiento estaba correcto, ya que no encontraba base para pensar así y, tratando de descubrir el motivo de su sospecha llegaron a la editorial.
En la portería del edificio telefonearon al director de la misma, quien quedó en mandar a alguien con una llave; una vez dentro el empleado les mostró un manuscrito del gordito y un documento con su firma; el psicólogo dijo que lo estudiaría concienzudamente pero que al primer vistazo (que le llevó 20 minutos), no concordaba con ninguna de las dos personalidades con que fueron escritos los tres anónimos.
"Este parece más bien un tímido, una persona algo triste, muy solitaria, con agudos conflictos interiores (propio de los escritores), pero totalmente inofensivo. Tal vez posea secretos ajenos -dijo, mirando fijamente la firma- y no los revelará nunca".
En el monasterio tardaron siglos en acudir; la propia Madre apareció en la puerta y abrió grandes los ojos cuando vio al detective; sin palabras los conduzco a su despacho que estaba helado y, comprendiendo que algo muy grave los había llevado allí a esa hora, esperó.
Moreno presentó al psicólogo y pidió algo escrito a mano por
María; la Superiora los miraba realmente preocupada pero accedió, se paró y fue a otra habitación de donde volvió con una carpeta que entregó a Moreno, éste la abrió y se la pasó al psicólogo: "sí, mire usted, Moreno, los títulos hechos con letra de imprenta, no hace falta un estudio para darse cuenta que ésta es la letra ¿ve el rasgo predominante?, podemos hacer que el gordito escriba lo mismo y más se notaría la diferencia, además están las ilustraciones, todas religiosas, donde se resalta de manera morbosa y enfermiza la virginidad; presumo -dijo dirigiéndose a la Madre- que María dicta clases de religión ¿verdad?"


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