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sábado, 2 de julio de 2016

"LOS HIJOS DE LA LEYENDA" (19º parte) de Adriana Gutiérrez





"Resumiendo -continúa el sanador- por ahora y para
tranquilidad de todos haremos las curas convenidas pero
no por las razones que ustedes creen sino por lo que nosotros
sospechamos, que ésta es una zona feérica, y vamos a lo
esencial, hay que averiguar por qué toda una legión de
demonios se instaló en este lugar.
Partiremos de la base de que no era la casa queriendo gente
en su interior, sino unos demonios muy poderosos que no
quieren a nadie allí.
El desarmar la casa no solo no remedia nada sino que es
un trabajo inutil porque a los entes malignos les sirve igual
como está ahora" -señaló el montón de escombros.
Todos retrocedieron en sus asientos y elevaron sus voces
de protesta.
"Ellos no pueden quemarse ni ahogarse ni se les puede
pegar con nada, el mundo físico no existe para ellos y no
lo necesitan.
Ellos anidan en almas, corazones y mentes donde el
Espíritu Santo no ha sido invitado a pasar".
"¡¿Y ésto qué era, el cuartel general?!" -pregunta Cacho ofendido.
"Ja ja, no, Cacho, por supuesto que no, su cuartel general
es, en realidad, la falta de amor; ese es su castillo
y su fortaleza".
"Pero -dijo Mario- para que ésto sucediera debieron ocurrir
dos hechos, eso que ustedes dice que debió pasar antes de la
construcción de la casa (lo de la zona feérica), y algo que
no creo posible: que todos esos matrimonios asesinados
aquí hayan tenido una total falta de amor, por lo que sé eran
personas como nosotros, que se enamoraban y se casaban, eran
creyentes, asistían a la iglesia y bautizaban a sus hijos, y así
sucesivamente..."
"... sin embargo -lo interrumpió el sanador- cada 30 años
venían aquí a morir y no por la mano del hombre".
"Entonces ¿por qué? -preguntó Jorge- ¿sabe que ésto
no me está gustando nada? Tal parece que volvemos al
principio y..."
"... el principio -dijo el sanador-es lo único que tenemos".

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