"Así que yo me fui al ver al ricacho a un hotel que madre mía, y
con la tarjeta, que abre las puertas mejor que una ganzúa, llegué
hasta la "zuit" donde vive con su familia.
Me dijo que quería un trabajo perfecto, que tenía que sacar
hasta la última capa de pintura, que pasara enduido y lija
y que ahí él iría a ver.
"Hay paredes empapeladas -dijo- a nosotros no nos gusta, pero
sí los tapices, las alfombras y las plantas, queremos que el interior
presente un aspecto de casa country, ya verá Ud. que hemos hecho levantar el parquet para colocar pinotea, sobre ella irán pieles sueltas; le digo ésto porque tendrá que trabajar codo a codo
con el decorador, él elegirá los colores de las pinturas y espero
que tengan el tono exacto ¿Necesita un adelanto? -tocó un
timbre- Edgardo, dele al Sr. un cheque y las llaves de la quinta.
¡Hasta pronto!"
El secretario me preguntó qué suma había acordado con el
Sr., yo le dije que ninguna y que además nunca había hecho
un trabajo tan grande y tenía que averiguar, "además -agregué-
hasta que no hable con el decorador no voy a poder comprar nada, y para decapar las paredes no necesito plata".
"Entonces hable con el decorador -me dijo- contrate su gente
y haga un presupuesto, luego yo le haré un cheque por la tercera
parte del mismo".
Me fui para la quinta, el decorador estaba ahí, en el piso del vestíbulo había montones de rollos de alfombras envueltos en
nylon; el decorador era un muchacho jóven llamado Héctor.
"¿Tapices? -pregunto señalando los rollos- acá se usan en el suelo".
"Sí -dice- lo sé, pero abrigan más en las paredes, y si además el piso y el techo tienen madera, no se necesita calefacción ¿ha tocado las paredes desnudas en una noche de viento? ¿o el piso?
¡hagalo!, verá qué diferencia.
La arquitectura moderna es una porquería para el confort, la gente se compra una casa maravillosa con ventanas largas y angostas, que ventilan el techo en verano y dejan entrar hasta el último rayo de sol en invierno y, ¿qué hacen? le ponen persianas de guillotina bajas y anchas, entonces la geometría de las aberturas, al actuar
al revés que las otras, hace necesarios los ventiladores y estufas
o la vida sería imposible".
"Yo... nunca se me hubiera ocurrido" -dije.
"Y claro -contestó- mi trabajo tiene mucho de reforma y el contacto
con los arquitectos me ha enseñado algo, pero lo que más me ayudó fue iniciarme en el equipo de uno que restauraba casa
antiguas ¡qué época!, nunca fui tan feliz como en esos años.
Bueno -siguió- no iba a mirar los tapices hasta mañana, pero ya que Ud. está acá... ¿sabe? la Sra. los compró en Europa, si hay
alfombras persas voy a tener problemas, no son aptas para colgar
y es muy difícil conseguir cortinados que combinen; en fin, veamos que hay aquí".
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