Si tuviera que vivir todo eso otra vez, desearía que
fuera exactamente igual en todos sus detalles, Bruno
con la cámara corriendo de aquí para allá, Liza
dando el último toque a nuestros vestidos y peinados,
las niñas revoloteando entre nosotras haciendo mil
preguntas que nadie contestaba y nosotras tres,
emocionadas y felices hasta el colmo de la dicha, los
muchachos dando 20 vueltas a la casa tratando de
ver a alguna de nosotras, que nos escondíamos
divertidas por sus reclamos, y hasta Mammy y
Margarita, que habían dejado sus delantales para
asistir a la triple boda.
Sí... me gustaría que todo sucediera como
realmente sucedió...
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"Bien -dijo don Bruno, con la voz ronca por la emoción- el gran momento ha llegado, ya filmé a los chicos paseando como fieras enjauladas, así que solo resta que salgan las novias.
¿Recuerdan todo? -preguntó mirándonos: Jimena abre la marcha
seguida de Manuela a dos metros, luego Liza, Gabi, Val y Maruja, todas a la misma distancia, yo estaré junto a los pensamientos para filmarlas, vayan despacio, denme tiempo de llegar primero a la pérgola para captar su arribo; bueno, dentro de un minuto pueden empezar a salir".
Diciendo ésto se fue y todas miramos el reloj, Liza abrió la puerta, puso a Jimena delante y dos metros detrás a Manuela, colocándose ella misma en la fila, nos hubicamos las tres y Liza dijo:
"empieza a caminar, Jimena, Manuela, no te apures, ¡eso es! despacio, miren hacia la cámara cuando pasemos junto a papá
¿cómo van, chicas? sonrían, oigo la máquina de Bruno, Manuela,
levanta tu canastita, sigue derecho y despacio, Jimena mira a papá
y no te detengas! eso es" -dijo sonriendo a Bruno.
Pasamos las seis y don Bruno corrió a nuestro lado, diciendo:
"chicas, aflojen el cuerpo, caminen con soltura"
"chicas, aflojen el cuerpo, caminen con soltura"
Siguió corriendo y pronto desapareció de nuestra vista, Liza dijo:
"niñas, no olviden esperar a Gabi a la entrada del rosedal, Jimena, cambia ahora tu canasta de brazo, debes dar a Gabi la mano derecha y tú, Manuela, la izquierda, pero no te apures".
Cuando acabó de hablar nos faltaban unos 10 metros para llegar al rosedal, los hicimos en silencio, las niñas se abrieron para colocarse una a cada lado, les di las manos pues yo llevaba mis flores en la cintura, Liza se colocó entre Val y Maruja que llevaban rosas en sus brazos y así aparecimos a la vista de todos.
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