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miércoles, 31 de agosto de 2016
lunes, 29 de agosto de 2016
"EL NARANJO" (6º parte) de Adriana Gutiérrez
domingo, 28 de agosto de 2016
"EL NARANJO" (5º parte) de Adriana Gutiérrez
sábado, 27 de agosto de 2016
"EL NARANJO" (4º parte) de Adriana Gutiérrez
viernes, 26 de agosto de 2016
"EL NARANJO" (3º parte) de Adriana Gutiérrez
jueves, 25 de agosto de 2016
"EL NARANJO" (2º parte) de Adriana Gutiérrez
Rodeé la mesa besándolos uno por uno, costumbre mía ésta
de la que no tengo memoria cuándo comenzó, y ante la que
los tres varones protestaban enérgicamente, pero que si
amenazaba con dejarla se ponían serios.
Finalmente llegue a mi lugar entre Maximiliano y Diego, éste
último era el mayor de todos y ocupaba la cabecera, en la otra
estaba María Eugenia que es la mayor de las chicas, y a los
costados estábamos, intercalados, un chico y una chica en el
siguiente orden: a ámbos lados de Diego nos sentábamos Valeria
y yo, Gabriela, y a ámbos lados de María Eugenia estaban Maximiliano y Francisco; en el instante mismo de sentarme recibí un formidable codazo de Max que me señaló en dirección de
Diego, levanté la cabeza y vi a mi querido hermano mayor con
los ojos llenos de lágrimas y las manos temblorosas, que untaba
con manteca una rebanada de pan, miré a los demás y comprendí que ninguno desayunaría ese día, Maruja tomó una de mis manos y me dijo: "Gabi, háblale tú"; como era nuestra costumbre sin
nadie haberla propuesto, juntamos nuestras manos sobre las de Diego y yo dije: "querido hermano, sabes que recibirán nuestras cartas a diario ¿verdad? los lúnes una mía, los martes de Max, los miércoles de Maruja, los jueves de Pancho y los viernes de Val,
¿crees que tendrás tiempo para contestarlas? Ya deja esa cara y trata de disfrutar el tiempo de cambio que estamos viviendo, la nueva etapa en nuestras vidas que nos dará nuevos recuerdos".
Todos corroboraron mis palabras con manotazos y reproches cariñosos y Diego tuvo al final que convenir con nosotros en
que su destino no era "tan trágico", después de todo.
"Vengan -dijo- quiero mostrarles algo", nos llevó junto a su cama
y abrió el armario donde guarda sus libros, sacó una caja de
zapatos, le quitó la tapa con mucha ceremonia y puso ante nuestros emocionados ojos, cinco sobres con nuestros respectivos nombres
"¿ven? -dijo- yo pensaba escribirles una carta a cada uno ni bien
llegara a casa de mi pariente, pero estos últimos días aquí, solo..."
Nos miramos los cinco, lo miramos a él y rompimos a reír...
e inmediatamente dejamos de hacerlo, al notar en su mirada una
mescla de dolor y desconcierto, Pancho se apresuró a explicarle:
"resulta que eso de toda una semana tú solo aquí nos tenía bastante preocupados, por eso le pedimos al Director que te
dejara pasarla con nosotros en la estancia, al dueño no puede importarle un chico más por unos días, y tu pariente no se
enojará ya que tendrá que hacer menos camino para ir a buscarte allá que para venir aquí; es decir... si tú quieres".
Pancho nos miró buscando apoyo, todos asentimos y quedamos observando espectantes a Diego, éste salió al rato de su sorpresa y gritó: "¿que si quiero? ¡hurra! sabía que no me podían fallar, pero qué mal me sentí hoy ¡gracias, hermanos!"
Y terminamos brazados los seis, balanceándonos suavemente, como siempre que recuperábamos a un hermano cuando lo creíamos perdido.
martes, 23 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (23º parte) de Adriana Gutiérrez
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lunes, 22 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (22º parte) de Adriana Gutiérrez
domingo, 21 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (21º parte) de Adriana Gutiérrez
sábado, 20 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (20º parte) de Adriana Gutiérrez
viernes, 19 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (19º parte) de Adriana Gutiérrez
jueves, 18 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (18º parte) de Adriana Gutiérrez
Mientras tanto en su oficina, el detective Moreno también piensa.
Recostado y con los ojos cerrados se dice que hay demasiadas contrariedades en la historia.
Por un lado el "loco" haciendo vida normal, un tipo que si se lo cruza uno en la calle no llama la atención para nada: aspecto inofensivo, reconcentrado y hasta bonachón.
Por el otro, Marita, a quien la vida proveyó de una especie de "clarividencia sensitiva" que "funciona" con lo maligno y ruin de la gente. Lo que las maestras y las madres notaron en ella fue tomado por locura, al punto que sus padres la internaron en la casa de salud.
"Lo que me molesta -piensa Moreno- ¿cómo sabía ella que transcurriría ese tiempo y por qué usar imágenes religiosas que no nos conducen al gordito sino a ella misma?, claro, porque él no quiso hacer de ángel, en cambio ella parecía una vírgen, hacía ostentación de ello.
Me gustaría saber cómo descubrió los robos en la casa de salud; tengo que ir allá para hablar con alguna de esas supuestas ladronas, y también volveré al monasterio para averiguar qué hechos del mundo vio Marita en la pared y si realmente ocurrieron"-
En eso entra el psicólogo trayendo el informe que tira sobre el escritorio de Moreno, éste se sienta más derecho y pregunta:
"¿y bien?"
"El sujeto es un loco de los más peligrosos, la letra de los anónimos demuestra odio cerval, indominable ante cierto tipo de comportamiento social, como por ejemplo el amor en pareja; el solo contacto físico y la intimidad entre dos seres lo desquicia; el anónimo número tres expresa el deseo de que uno de los esposos mate al otro, eligió a la mujer porque es más influenciable y porque considera más importante y grave el pecado en ella que en el hombre ¡realmente espera que la asesine! Y si no cesan en sus relaciones maritales... el mismo sujeto lo hará, pero en este caso puede matar a cualquiera de los dos. Considera a la pasión como malsana; puede ser o no misogino (odio al sexo opuesto) pero decididamente es vírgen.
En cuanto a los otros dos anónimos no fueron escritos por la misma personalidad pero sí por la misma persona que el tercero: en ellos intenta "advertir", "salvar"; en el último ha decidido "matar"; por supuesto que el sujeto considera ese acto como una inmolación indispensable para la salvación del alma, el dibujo del pesebre lo confirma sin lugar a dudas: aprueba ese amor sin mácula de la pareja Peralta porque no existe relación sexual entre ellos (tal como entre María y José), en cambio el niño ha sido desfigurado con absoluta condenación por sus bajos instintos ya que se atrevió a enamorarse de la novia de otro".
"¿Entonces no es por ser el fruto de una unión? -pregunta Moreno- porque ese niño, para el dibujante no es un personaje celestial..."
"No -dice el psicólogo- en ese caso sería una víctima".
"¿Y por qué no puso el nombre de Clara sobre la cabeza de la vírgen, en lugar de Marita?" -pregunta Moreno.
"Porque cualquiera de los dos nombres es lícito para su sentido de la moral: la niña cuyo nombre figura, era pareja de José en la ficción, y la otra era su novia en la vida real; si eligió el que eligió es porque para el sujeto lo religioso está antes que lo verd... bueno, que la vida real, pero ésto parte de una motivación retorcida: ama lo simbólico".
Moreno dice que lo tiene mal la profecía de los 12 años.
"Pues yo no le veo nada de extraño -dice el psicólogo- cualquiera puede "profetizar" cuando cometerá un asesinato".
miércoles, 17 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (17º parte) de Adriana Gutiérrez
martes, 16 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (16º parte) de Adriana Gutiérrez
lunes, 15 de agosto de 2016
"LOS VIEJOS LUGARES" - de Adriana Gutiérrez
- F I N - |
"LA PALABRA" de Adriana Gutiérrez
- F I N -
"EL DIBUJO" (15º parte) de Adriana Gutiérrez
domingo, 14 de agosto de 2016
"MARIPOSAS EN LA NIEVE" - de Adriana Gutiérrez
En los veranos cuando se descongelaba el río pescábamos, las primeras sartenadas eran deliciosas y no sé por qué, pero yo me sentía más fuerte y saludable en la cabaña del abuelo. |
- F I N - |
"EL DIBUJO" (14º parte) de Adriana Gutiérrez
Parado frente a su casa, Adolfo mira confundido la puerta
¿Qué pasa ahora que la llave no anda?
Deja la bolsa de las compras en el suelo y trata de
nuevo de hacerla girar, luego de un rato prueba
el picaporte y la puerta se abre dócilmente, chocho, Adolfo
entra, empuja la puerta con el pie y va a la cocina
a dejar las compras.
Se acuerda que no cerró con llave y vuelve, cuando
su mano llega hasta la cerradura se da cuenta de
que las llaves están del lado de afuera, las saca, se
las pone en el bolsillo y, sin cerrar la puerta, muy
satisfecha su expresión, se dispone a escribir.
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sábado, 13 de agosto de 2016
"EL DIBUJO" (13º parte) de Adriana Gutiérrez
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