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domingo, 26 de junio de 2016

"LOS HIJOS DE LA LEYENDA" (13º parte) de Adriana Gutiérrez





Laura y Cacho volvieron a su pequeña casa de ladrillos, donde
sus hijos crecieron y de donde se fueron casados, tenían varios
nietos y la firme decisión de verlos crecer, quienes todos los
años les pedían que salieran de allí antes de que la casa se
vengara en ellos, y precisamente eso es lo que harían.
Se quedaron, sin embargo, 6 meses más para supervisar las
obras de restauración, limpiaron la casa desde el altillo al
sótano durante varios días para mantenerla "distraída", mientras
todas sus cosas eran cargadas en un camión.
Terminada la limpieza cerraron todas las puertas y ventanas, se
dirigieron a la casita y la rodearon, subieron al camión y se
marcharon al departamento de doña Silvia, una vez allí
telefonearon a don Jorge para avisarle de su mudanza.
Faltaban menos de 2 meses para que comience Diciembre.
Es el año 1970.
Jorge cortó y se fue a lo de su hijo.
"Mario -dijo-los caseros acaban de instalarse en el departamento de Silvia, llévales un cheque y ve que estén cómodos, diles que
el departamento es de ellos y que tendrán que firmar unos
papeles aceptándolo, diles también que desde este momento están jubilados tal como Silvia lo dispuso y recibirán una bonificación
especial por su lealtad de tantos años.
Es hora de que estas buenas gentes hagan su propia vida".
Así lo hizo Mario y pronto todo estuvo arreglado, también
demasiado pronto llegó el día fatal y en la casas de
Jorge, de Mario y de los caseros todos callaban y esperaban
con el corazón en la boca.
Pero solo los 2 primeros tenían verdaderos motivos para temer.
Jorge abrigaba la esperanza de que Silvia viviera aún:él no sabía
que ella, junto a su nieto y la Nana Valeria despertaban todos
los años un solo día21 de Diciembre, y que al darse cuenta de
eso la abuela y la Nana contaban un año por cada día
y llevaban la cuenta correcta, por eso supieron esa noche, al
despertar, que había llegado la hora de saber, y para el
pequeño Willy, de vivir o morir.
Aunque él no había crecido más de 30 días desde que llegaron
a la cabaña, para la casa siniestra sí habían pasado
30 años, y si Willy estaba despierto y cono en realidad
habían pasado 32 años desde su nacimiento, tal vez oiría
la "llamada" y no podrían detenerlo.

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